
Con el título de este artículo ya te
informo que ¡Los niños también sufren de estrés! Sólo queda reconocer
todos aquellos factores que están generando malestar en el niño para poder
ayudarlos a superar esa etapa. A pesar de ser un estado frecuente y ser una
reacción natural, debemos evitar que los afecte psicológicamente.
Empecemos asumiendo algo que está a la
vista, pero no lo reconocemos aún. Los niños experimentan miedos y
preocupaciones propias, que en principio pueden parecernos muy fáciles de
resolver a nosotros como adultos, ellos se agobian en situaciones que terminan
siendo estresantes.
Casi siempre los adultos asumimos que
los niños son despreocupados y felices por naturaleza, incluso, comparándonos
de manera frecuentes con ellos, asegurando que son felices “porque no tienen
deudas” o no “tienen nuestras responsabilidades”. Al asegurar eso, estamos en
un grave error, pudiendo pasar desapercibido sus problemas, sin tener la
oportunidad de ayudarles.
Cada niño tendrá manifestaciones de
estrés propias, no existe un patrón del cuál guiarse, aunque si algunos
síntomas comunes. ¿Recuerdas el primer día de clases cuando te separas por
primera vez de tus padres? Eso es terrible para ellos y experimentarán
ansiedad, aunque en realidad disfruten de ir al colegio y jugar con sus amigos.
Otro caso común ocurre cuando los dejamos cuidando con una persona extraña,
ellos se abruman, se incomodan, de ahí que tengan comportamientos que
generalmente en casa con su familia no la tenía.
A medida que crecen los niños, también lo hacen sus responsabilidades
El estrés en la etapa infantil también
se relaciona a su nivel de responsabilidades y obligaciones que van
adquiriendo, ya sea en el hogar, la escuela o cualquier actividad que
practiquen.
Veamos un poco de la vida de un niño
promedio que va a la escuela con la obligación de ser excelente estudiante,
luego asiste a una actividad deportiva donde también se autoexige ser cada día
mejor, aparte de esas obligaciones también debe asistir a la iglesia, visitar
el fin de semana a algún familiar y casi que no le queda tiempo de jugar o
socializar con sus amigos.
El caso anterior refleja un estilo de
vida “normal” de una familia, sin considerar además un sinfín de problemas y
elementos negativos que pudieran unírseles a esa rutina. Acá sin duda
tendríamos a los niños con estrés.
Siguiendo en el tema de la rutina
diaria, el factor tiempo juega un papel importante en alguien que apenas
empieza a experimentar el mundo. Un niño no tiene las herramientas correctas
para afrontar su realidad, aunque sus padres lo guíen y orienten correctamente,
para ellos no termina de ser suficiente y casi siempre elegirán aprender por su
cuenta.

Primeras manifestaciones del estrés en los niños
El estrés en niños suele
manifestarse en principio por la falta de interés en asistir a clases y sin
indagar un poco sobre lo que les afecta, es posible que terminemos obligándolos
a asistir sosteniendo razones que ellos igualmente no terminan de entender.
Un niño estresado se notará
ansioso, elegirá pasar mayor tiempo solo, se mostrará con mal humor o, por el
contrario, estará más sensible, pudiendo llorar por cualquier cosa, que estando
en una situación normal no lo haría.
Con lo anterior solo hago referencia a
los que le afecta directamente al niño o niña, ahora veamos otro foco de
estrés… los problemas familiares. Algún familiar enfermo, problemas en el
trabajo de sus padres, discusiones entre ellos o hasta observando las noticias
que a veces no terminan de entender, los colocaría en un estado de alerta que
se convertirá finalmente en estrés.
¿Cómo reconocer los síntomas de estrés en los niños?
No siempre resulta fácil reconocer que
nuestro hijo sufre de estrés, sólo podemos observar los cambios a corto plazo
en su conducta, cambios en su humor, cambios en el sueño, experimenta
pesadillas frecuentes o hasta el hecho de empezar a mojar la cama sin motivo
aparente.
Por otro lado, tenemos los síntomas
inmediatos como respuesta a una situación tensa como lo puede ser: dolor de
estómago, dolor de cabeza, falta de concentración, chuparse el dedo. Y cuando
ya están un poco más grandes muestran conductas agresivas o desafían a la
figura de autoridad.
Reconoce lo que está causando estrés en tu hijo
Ya te he mostrado algunos síntomas
para reconocer el estrés en los niños, esa sería la respuesta a algunos de
los siguientes factores. Aquí tienes una lista de los principales agentes
estresores que pudieran estar afectado a tu hijo, con esto podrás tener una
idea de cuán difícil pueden ser algunas situaciones para los niños.
Problemas en el entorno familiar
- Divorcio o separación de los padres.
- Maltrato físico por parte de uno de los padres o ambos.
- Discusiones, gritos y violencia de sus padres.
- Un nuevo integrante en la familia cercano a su entorno, es decir, un hermano, nueva pareja de hermanos, nueva pareja de sus padres, niñeras…
- Muerte o desaparición de una mascota.
- Abusos sexuales.
Dificultades en la escuela
- Inicio de la etapa de exámenes importantes.
- Excesos de tareas o deberes escolares.
- Cambio de docentes o año escolar.
- Cambio de institución educativa donde todo sea nuevo para el niño.
- Ser víctima de bullying, una causa actual de estrés y consecuencias psicológicas graves si no se trata a tiempo el problema.
Interacciones sociales y nuevas vivencias
- Ir al dentista o consultar al médico.
- Ritmo de vida acelerado y cambiante.
- Reglas, estigmas, modelos y presión social. Muy ligado a los nuevos estilos de vida marcados por la influencia de las redes sociales e imposición de estereotipos en la sociedad.
- Arruinar algo dentro del hogar, tal como romper un vaso de vidrio o derramar comida, según lo estricto que sean sus padres.

¿Qué puedes hacer para reducir el estrés en tu hijo?
Es primordial que tu hijo descanse, es
lo que le ayudará a reducir el estrés, sea cual sea el factor estresante, lo
ideal sería regresarlo a la realidad en calma para que pueda reflexionar,
retomar su vida y aprovechar la ayuda de los padres.
También le ayudará llevar una
nutrición correcta, al mismo tiempo que tenga buenos hábitos, tal como dormirse
temprano, comer a la hora y cumplir con las normas de aseo personal, esto lo
hará llevar una vida normal y sana.
Un punto importante que te ayuda a reducir
el estrés de tu hijo es conocerlos. Si los conoces bien, si pasas
suficiente tiempo con tus hijos, detectarás fácilmente cambios en su conducta y
llegarás al origen del problema, y ya reconociéndolo podrás reducirlo,
aconsejarlo y atacar lo que le está causando estrés.
Cuando veas que tu hijo está
experimentando situaciones estresantes, evalúa sus obligaciones, sus tareas
diarias y redúcelas. En principio nadie sabe cómo ser padre o madre, es una
nueva circunstancia en la que si aprovechas tu instinto paternal ayudarás a tu
hijo ante cualquier situación que lo agobie.
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